Sencilla técnica de relajación para los niños que hacen su Primera Comunión

Relajación también para niños

Hasta ahora hemos estado descubriendo juntos técnicas de relajación para adultos, para liberar estrés, para encontrar nuestro sitio en el mundo, en la vida…

Pero ahora viene una época en la que los protagonistas van a ser los niños y las niñas, especialmente los que van a tomar su primera comunión. 

Y son días para ellos muy estresantes. Se sienten nerviosos porque por mucho que les hayan explicado cómo va a ser, lo que van a tener que leer, o por mucho que hayan ido a otras comuniones en esta ocasión son ellos los protagonistas, son el centro de todas las miradas y van a pasar un día en el que todo a su alrededor está preparado para ellos, sus padres llevan pensando en ese día muchos meses ya, y les ven estresados, con lo que al final se contagian ellos también de ese nerviosismo.


Primera comunión
Para muchos niños este tipo de situaciones les crea un estado de ansiedad que les termina afectando al resto de su vida diaria, en el colegio, en la relación con los amigos, y en su comportamiento en casa.

Por eso me ha parecido más justo dedicarles este artículo a ellos, porque también les podemos enseñar técnicas de relajación adecuada a ellos. 

Necesitan ser conscientes de que esa situación les provoca estrés y desemboca en una sensación de malestar que les impide disfrutar de todas las cosas maravillosas que les están ocurriendo.


Bien es cierto que para los adultos las reuniones con familiares y la preparación de eventos también nos provoca estrés y sentimientos que afloran con los que hay que luchar encarecidamente para conseguir no “explotar” delante de nadie, pero ese es un tema que también trataré en otro artículo.

Aunque empecemos en esta época a practicar relajación con nuestros hijos, la relajación para ellos no debe ser algo puntual. Si queremos conseguir los resultados deseados y que se prolonguen a lo largo del tiempo y les sirva para vivir su vida de la manera más tranquila posible, debe llevarse a cabo de manera continuada. Ya que aprendiendo a tener unos minutos al día de relajación en niño conseguirá:
  • Ø  Canalizar la energía reduciendo la tensión muscular y mental.
  • Ø  Disminuir y evitar la ansiedad.
  • Ø  Mejorar o incluso solucionar los problemas de sueño.
  • Ø  Mejorar la memoria aumentando también la concentración.
  • Ø  Tener mayor confianza en sí mismos.
  • Ø  Conseguir un estado generalizado de bienestar.


Rana relajada
Mediante las técnicas de relajación adecuadas podemos conseguir que los niños reconozcan el estado en el que se encuentran cuando están nerviosos, enfadados o estresados de tal manera que puedan combatirlo o prevenirlo ellos mismos.

Hay varias técnicas de relajación para niños y me parece muy interesante que podamos conocerlas todas y aplicar la que mejor se adapte a nuestros hijos. 

Pero cada técnica depende de la edad de los niños y en este caso como nos vamos a centrar en las fechas que estamos y en los niños que van a tomar la comunión, os voy a explicar una sencilla técnica de relajación para niños de 7 a 10 años.


En realidad, la relajación en niños ha estado siempre presente desde los inicios del ser humano tal y como lo conocemos: cuando una mujer embarazada acaricia su tripa y el bebé que no para de dar patadas se calma; cuando le cantamos una canción de cuna para dormir o le damos un masaje después de un baño caliente. 

Desgraciadamente estos hábitos los vamos perdiendo a medida que van creciendo, a pesar de que no deberíamos haber parado, porque son actos que generan tranquilidad y bienestar en el bebé que es lo mismo que perseguimos en las técnicas de relajación.

La etapa de 7 a 10 años se considera la infancia y es el momento en el que se puede probar con la técnica de relajación progresiva o de Jacobs. Se basa en que si la tensión muscular acompaña a la ansiedad, la relajación muscular debe ir acompañada de la reducción de esa ansiedad.

Ranita relajada
Se trata de tensar y relajar grupos específicos de músculos. Debemos concentrarnos en el contraste de la tensión y la relajación, de tal manera que después de tensionar el músculo y soltarlo estará más relajado que antes de aplicar la tensión. 

Esta sensación es la que debemos hacer que el niño note por sí mismo, explicándole:

“Cuando tú tensas mucho un músculo, cuando aprietas el puño por ejemplo e intentas mantenerlo apretado durante todo un minuto, vas notando que cada vez te cuesta más, cada vez te sientes peor porque no puedes mantener esa tensión más tiempo y necesitas liberar el puño. Eso es lo que te provoca el estrés, la ansiedad. Sin embargo, si sueltas el puño, dejas caer el brazo como si nada lo sujetase, sientes la liberación muscular y la relajación. Esa es la sensación de bienestar que después de practicar vas a sentir en todo tu cuerpo.”

Para realizar estos ejercicios de relajación respiraremos lenta y uniformemente sin contener la respiración y pensando sólo en tensar y destensar los músculos que estemos trabajando. Cada tensión debe durar unos 10 segundos, algo menos cuanto menor sea el niño.

La secuencia entera para un adulto recorre todos los grupos musculares del cuerpo, pero para los niños podemos empezar con un solo grupo de los músculos y cuando los vaya controlando puede pasar al siguiente grupo:

v  Manos: Apretamos los puños; se tensan y destensan. Los dedos se extienden y se relajan después. El niño debe diferenciar entre el malestar y la tensión y el bienestar de la relajación de los músculos.

v  Hombros: Tirar de ellos hacia atrás, contar hasta 10 y relajar. Es importante que la respiración continúe pausada y profunda, que el niño vaya notando que el aire entra por nuestra nariz, pasa por la garganta y llena nuestros pulmones.

v  Cuello (lateral): Con los hombros rectos y relajados, doblar lentamente la cabeza a la derecha hasta donde se pueda y después relajar. Hacer lo mismo hacia la izquierda.

v  Cuello hacia adelante: Llevar el mentón hacia el pecho, después relajarlo. (No debe hacer llevando la cabeza hacia atrás)

v  Lengua: Apretar la lengua contra el paladar, y después relajar. Apretar contra la base de la boca y relajar.

v  Pies: Apretar los dedos (Sin elevar las piernas si estamos tumbados) y después de 10 segundos relajar. Apuntar con los dedos hacia arriba tanto como sea posible, relajar.

Cuando terminemos estos ejercicios haremos notar al niño lo relajado que está su cuerpo si no deja que sus músculos se tensionen. 

Ya que ha aprendido cuándo sus músculos están en tensión y cuándo están en estado de reposo y relajación. Son ejercicios que el niño puede hacer en cualquier lugar y en cualquier momento, cuando experimente un momento de estrés o presión. Antes de un examen, de una competición deportiva o de un evento importante para ellos como en este caso su primera Comunión.


Sobre el autor de este artículo:

ABADÍA DEL ABALORIO

Mónica es una emprendedora entusiasta que ama los pequeños detalles y crea en función a ellos, cuidando al máximo cada uno de sus productos que realiza de forma artesanal. Su creatividad les confiere un toque diferente al resto, jugando con la armonía de los colores para que según nos sintamos, utilicemos uno u otro. 

Ella escribe para la revista artículos relacionados con el bienestar y la salud y la puedes encontrar en la sección de ESTILO DE VIDA, nos sorprendió desde el primer momento cuando empezó a hablarnos sobre la técnica Moa, y sus ventajas. Su caracter afable y generoso se transmite en sus artículos enseñandonos cómo gestionar nuestras emociones, cosa que a todos nos vienen genial para hacer más llevaderos nuestros estresantes días. 

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